lunes, 30 de noviembre de 2015

La autoridad

En un mundo donde todos tenemos el mismo derecho a la vida, el mismo derecho a la libertad, no existen figuras de autoridad porque estas son una clara declaración de que no somos horizontales si no verticales y así lo creamos nosotros mismos el problema.

No estoy diciendo que las figuras de autoridad sean malas per se, ni que la intención con la que se crearon y a la que se deben sea mala. Pero hay algo esencialmente perverso en la idea de la autoridad que maneja nuestra civilización desde el momento en que la ponemos por encima del resto de los mortales.

Para mi una autoridad es un consejo de alguien que ya ha sido autor de lo mismo que tu tratas de hacer en el pasado.


Una verdadera figura de autoridad aconseja y ayuda, no denuncia ni juzga, pues entiende que su autoridad no proviene de su superioridad si no de su sabiduría y experiencia y de lo que puede dar y ayudar con ella.


Me da igual lo contraactual que pueda ser esto o lo poco que pueda importar a los gobiernos del mundo basados en la idea de la autoridad, pues esto que digo es la verdad.


En un mundo con verdadero respeto a la vida, con verdadero amor a todas y cada una de las personas y del medio que nos sostiene... No sería necesario la autoridad como la entiende nuestra civilización porque nisiquiera existiría la necesidad en si misma. Habrian caminos trazados y caminos por trazar por y para cada individuo donde la vida de todos estuviese por encima de cualquier otra cosa para que esta se pudiese expresar con autentica libertad.

Los errores se recibirían con abrazos, se enseñarían y mostrarían las consecuencias no deseadas de los actos de aquellos que no fueran lo suficientemente conscientes de si mismos. Con compasión y amor se haría ver a las personas las consecuencias de sus actos y se les daría la oportunidad de arreglarlo.

Hay quien dice utopía... yo he visto esta utopía con mis propios ojos, en pequeñas porciones de la realidad, en pueblos, familias, amigos....
Somos perfectamente capaces de amar y ser amados por el universo entero. Sólo necesitamos quererlo.... y aunque suene raro... simplemente... "ponerlo de moda" hacer ver a los que te rodean la gran ganancia de dar a todos con todo el corazón sabiendo que todos van a dar igual y que a nadie le va a faltar nunca de nada...

La gran paz de sentir que no tienes a nadie que te pueda chafar ni nadie que vaya a ser chafado ya que todas y todos somos iguales de valiosos. Todas las vidas humanas, todas hermanas.

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