jueves, 26 de marzo de 2015

El átomo como procesador.

Un ordenador, actualmente, para funcionar, necesita exactamente de:

una señal 1 constante (se situa habitualmente entre los 1,2 y 1,8v)
una señal 0 constante (se sitúa habitualmente cerca de 0v)
un oscilador de frecuencia que cambie entre 0,1 a la frecuencia deseada

A partir de ahí desarrollamos toda la lógica informática gracias al álgebra de boole que nos permite manipular y codificar la realidad binaria de 0 y 1 como hexadecimal de modo que podamos reconocer las cosas más fácilmente y más tarde el código hexadecimal se vuelve a reinterpretar en una capa superior que nos permita entenderlo como caracteres o números decimales, hacer cálculos, ordenes y almacenar datos cómodamente.

Es curioso porque nunca me había dado cuenta de lo necesario que es que haya un estado que esté oscilando a gran frecuencia entre 0 y 1. Eso me recuerdo un poco a la informática cuántica ya que el estado cuántico de un átomo puede ser 0, 1, o los dos a la vez (y eso significa que al mirarlo puede ser cualquiera) quizás si consiguiéramos hacer oscilar ese tercer estado del átomo a la frecuencia deseada y disponiendo de un estado continuo de 0 y 1 en las dos otras partes del estado cuántico podríamos convertir cada átomo en un super-procesador.

Esto me recuerda a un libro que leí: "el universo informado". Aunque claro, si la información está en la luz y las vibraciones que nunca dejarán de desplazarse hasta el infinito como ondas y los átomos son los procesadores... No se, es como si el universo pareciese un gigantesco superordenador. ¿no? Bueno, desde este punto de vista claro.

Quizá todo esto sean sólo conjeturas pero algo me dice que hay algo de verdad en esto...

A veces el resultado tomado independientemente del todo puede ser más rápido cuando tenemos que hacer muchas veces lo mismo, pero si nos olvidamos del proceso que crea el resultado, si no tenemos en cuenta el estado anterior que dio paso a lo que es... Entonces nos precipitamos, Estaremos perdiéndonos la mitad de la realidad además del proceso en si que permite seguir avanzando.

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