domingo, 1 de febrero de 2015

En cuanto al principio de la no contradicción:

El principio de la no contradicción, también llamado principio de la contradicción, es aquel que dice que una preposición y su negación no pueden ser ambas verdaderas al mismo tiempo en el mismo sentido.

En cuanto a esto quiero desmigajar este principio dividiéndolo en 2 puntos:

El primer punto, el principio de la no contradicción y basándonos en su propia definición dice que dos preposiciones no pueden ser ciertas a la vez desde el mismo tiempo y sentido, a lo cual yo añadiría que tampoco desde el mismo espacio, el mismo contexto o incluso la misma vida ya que en mi opinión la contradicción sólo ocurre bajo una misma percepción, en el interior y además en nuestra propia percepción (es decir, sólo cuando creemos en ella la vemos). Cuando tenemos una contradicción entre el interior y el exterior o entre el exterior y el exterior no es en realidad una contradicción sino una doble existencia de dos principios/pensamientos distintos en contextos distintos o conviviendo en mas o menos armonía.

También podemos ver de ese modo (la aceptación de la existencia de dos principios o ideas aparentemente contradictorias) en nuestras propias ideas, o entre nuestros sentimientos y nuestras ideas, o cuando tenemos una falta de coherencia en lo que somos decimos hacemos y pensamos. Simplemente viéndolo como dos partes de nosotros mismos que quizá en vez de excluirse mutuamente tendríamos que aceptar ambas como que existen y tenerlo bien claro para, precisamente, poder elegir poner a cada una, libremente, en el lugar donde dicte el corazón.

Por otro lado, y en el segundo punto, hay que entender que la contradicción es una propiedad potencial de la dualidad. La dualidad como tal puede autobloquearse en dualidad pero también puede deshacerse en la unidad o ampliarse en trinidad. La dualidad, cuando se estudia en profundidad, expresa la misma cosa desde dos puntos de vista distintos, de normal uno es más real que otro dependiendo de la percepción. Esa cosa pueden ser muchas cosas: Miedos, esperanzas, principios, deseos, ideas, emociones, sentimientos... La dualidad vive en muchas cosas y sus dos partes son muy reales y sólo la percepción que acepte a todas las percepciones puede ser cierta.

En ese sentido el principio de la contradicción tiene su lugar y su sentido en la dualidad, en la trinidad o en más opciones. Pero no existe la contradicción en el mundo de lo absoluto, en el mundo de la unidad. La contradicción, al igual que la dualidad, sólo existe en el mundo de lo relativo donde convivimos, y sólo cuando decidimos verla, o cuando nos es útil para lograr lo que estamos tratando de ser/hacer. (vaya!, otra dualidad! ser/hacer. La dualidad también puede ser bonita, se expande fácilmente. Como los pétalos de una rosa, como semillas de un girasol, o como el copo de nieve cuando aquella gota se congela en plena caída)


Personalmente en vez de anclarme en ninguna dualidad en particular, observo las distintas percepciones de las cosas que se me muestran y, independientemente de si resuenan conmigo o no, las acepto como parte del todo, de esa unidad que todo lo acepta, de esa diversidad llena de vida en la que existo aunque elija no elegir creerme lo que me dicen o no integrarlo como parte de mi ser y de mi conducta.

Y, además, como ya he dicho varias veces con otras palabras: será contradictorio o no una cosa con otra muchas veces dependiendo en relación a qué estemos mirando y dependiendo de aquellos campos que nuestra percepción acepte. Pues si miramos el mundo de lo relativo desde el punto de vista del mundo absoluto todo es digno de ser respetado y amado puesto que existe y desde este punto de vista no puede existir nada que te resulte contradictorio con tu esencia, digo, con tu existencia.

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