viernes, 28 de octubre de 2022

Abolir el abolicionismo

 Yo quería que el mundo fuera libre pero se pusieron a abolir la libertad de los demás sobre si mismos. Unos querían abolir el trabajo sexual, otros el aborto, muchos la libertad de género o las drogas...


Entonces me convertí en uno de ellos y los esclavicé en la abolición de la prohibición, en la prohibición de la abolición. Sólo yo tenía el privilegio de prohibir, y lo usé correctamente de manera esencial, redundando el concepto sobre si mismo.


Más en mi dominio nunca esclavizaron a nadie más. Y fueron ... todo lo libres que podían ser, todo lo que su consciencia les permitía permitirse a si mismos.


Y todos los delitos que abolían la libertad del individuo sobre si mismo: violación, asesinato, abuso, agresiones... Todos desaparecieron, pues al ser incapaces de abolir eran incapaces de abolir.


Entonces despertaron, cayeron en la cuenta de que la única manera de acabar con la abolición era aboliendola. Aceptaron renegar de decirle a otro lo que puede ser sobre si mismo y entonces los liberé pues ya no me necesitaban. Los liberé pues eran esclavos de si mismos.


Y cuando los liberé... No cambió nada. Pues sus corazones ya estaban despiertos indicando los criterios correctos a su mente y eso hacía que la expresión de su existencia... fuera perfecta.

 

Perfecta, que no exenta de conflictos y vaivenes... que no les afectaban en lo absoluto pues lo importante estaba ya escrito. Se dieron cuenta de que la manera antigua de solucionar los conflictos naturales era extrayendo libertad del otro para tenerla ellos, para tenerlos a ellos, a los otros, como esclavos, como siervos. Se dieron cuenta de lo libres que eran al aceptar la libertad ajena sobre si misma pues nadie jamás les prohibiría.

...o eso pensé. Más nunca alcanzaron ese punto, pues al abolir su libertad de abolir abolí su libertad... Y fueron eternamente esclavos. Por ello me retiré a la esencia y dejé de existir y de decidir por ellos.

Fin.

No hay comentarios: