viernes, 5 de diciembre de 2014

Luz y oscuridad, bien y mal, infinitas dicotomías infinitas...

No se puede iluminar con luz la sombra que la misma luz ha proyectado. No existe la iluminación, el milagro no hace sino que deshace tu creencia de que existe algo opaco lo cual cambia tu realidad.
Tu no eres nada externo a la luz, si te ves así siempre percibirás la luz fuera de ti y a ti o a los demás como causante de la sombra.
Eres la luz, y quien no sepa que es luz verá las sombras de la luz en cualquier parte pues ellos son luz y se rodearan de otros como ellos pero todos pensaran que son opacos y vivirán en la sombra percibiendo sombra bajo su voluntad mas ellos también son luz y la sombra sólo ha estado en la imaginación de una percepción determinada pues como en la realidad la sombra no es otra cosa que un grado de luz.

Cuando eliges no ser en consecuencia de algo sino como creador de algo entonces estas decidiendo si proyectar o iluminar. cualquiera de las dos es buena si se adapta a lo que tu alma está tratando de conseguir que es el amor creador, no la causa pues eso ya lo es. Más cuando actúas en consecuencia no estás creando, sólo siguiendo una pauta preestablecida. No pasa nada si la pauta representa tu mejor idea de las cosas. ¿representan tus reacciones a las cosas tu mejor definición del amor? ¿No? entonces quizás tengas que tomar una decisión, crear algo, tu nueva mejor idea de las cosas.

No te rindas a la apariencia ni a la aparente realidad. Crea, ilumina el mundo con tu amor. No dejes a nadie fuera de él pues todos sois iguales de valiosos y de amados y todos formáis parte de una misma cosa: "La luz", el amor, la conciencia, la libertad. Aquello que es vuestra esencia.

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