martes, 30 de septiembre de 2014

El universo infinito

Imaginaros una pequeña bolita de plenitud (el contrario del vacío): el universo del tamaño de un guisante con toda su masa comprimida hasta que no haya espacio entre cada átomo.
Imagínate que te haces pequeño y que te acercas más y más. Imagínate que te haces tan pequeño como para caber entre dos átomos de ese guisante universal hipercomprimido.
Imagínate que sigues aumentando, hasta que el espacio entre átomos se asemeja a la distancia entre las galaxias.
Y ahora la pregunta...
¿Y si no fue el universo el que estalló sino nuestra percepción la que aumenta? ¿y si las dos cosas están sucediendo a la vez?
Entonces es cuando los matices se convierten en abismos y los abismos en universos enteros... Mas recuerda que un universo puede ser sólo un guisante, como el plato de guisantes que te prepara tu madre para la ensaladilla.
Pero si no hay lo más pequeño ni tampoco hay limite por arriba ¿la materia surge de la nada? ¿es la nada la que sustenta al todo? Entonces no existe lo más pequeño ni lo más grande, existe algo que no tiene principio ni fin pero puedes poner el dedo en cualquier punto de su ser y decir "esto es el principio" y empezar a contar por ahi como un punto de referencia. Pero no podrás decir nunca "esto es lo más pequeño" o "esto es lo más grande" ni "esto es verdadero" o "esto es falso" pues no son esas condiciones propias del ser que no tiene principio ni fin. Pero puedes señalar un punto y decir, en relacion con ese punto yo estoy alli o alla y habrás creado en ese momento todo el espacio que hay entre esos dos puntos. Y si te fijas bien ese espacio será tan infinito como el ser en si mismo por su divisibilidad infinita, lo habrás creado a su imagen y semejanza... y sin dejar de formar parte de él...
Y una cosa más, recuerda lo de los guisantes, ya que un punto de referencia no es una limitación. Sólo es una limitación si tienes pocos puntos de referencia y demasiado similares entre ellos. Estarás limitado hasta donde abarquen esos puntos pero siempre eres libre de poner tu dedo en otra parte del todo y tomarlo como punto de referencia para intentar averiguar quien eres y qué quieres ser con relación a todo.
Y si realmente amas siempre buscarás puntos de referencia más alejados, mas variados, mas diversos... pero similares. Hasta que seas capaz de ver aquello que te une con todo. Entonces amarás como Dios ama.

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